Vuelta al cole... Con novedades 😍

Queridos todos, llevo días queriendo escribiros pero ha sido misión imposible... Hoy ha empezado el cole.

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Puedo deciros que este verano, para Pía el primero, he disfrutado de mis hijos más que nunca y no me he desesperado casi nada ;P. Termino cansada pero contenta de todo lo que he aprendido y agradecida de lo que he vivido. Mañana empieza mi verano, tenemos la suerte de vivir en un pueblo cerca del mar y me acercaré a la playa, a tumbarme en mi toalla y escuchar nada, las olas, algún pájaro que se deje y los gritos de otros niños, que no de los míos. Sin miedo a que se me ahogue uno, a que se aleje la otra, o a que se peleen todos.

Siempre he sido impaciente, inquieta, en cierto modo rígida y controladora. Muchas os sentiréis identificadas, otras no, pero guardado en el cajón hay algo que te hace saltar cuando todo es diferente a lo que habías planeado. Cuando ordenas y por arte de magia se desordena, cuando te llaman de varias habitaciones a la vez, cuando te gritan al oído o  cuando nunca sales de casa porque siempre hay algo que volver a buscar. En general,sin ir mas lejos, cuando la vida no te da lo que quieres sino lo que necesitas. Pues éste ha sido mi verano prueba. Uno más de los que llegan y se van desde que me hice consciente de que esto que llamamos Vida es un regalo. Hablaba con Iñaki y me reía por cómo había descrito a amigos comunes nuestros días juntos en Hong Kong. Sobre todo cómo me había descrito a mi. Orinal en mano, lavadora voladora, móvil sin paracaídas, pelos locos, niños más, rodillas sucias, ritmo des-pacito, energías, intenciones, y demás aparatos por doquier. Algunas cosas las añado yo. Pero es que sin todo eso en la maleta no me iba. Ni a la esquina. Aquí seguimos con ello, no nos falta de nada, ni nos sobra tampoco.

Hoy me decía una persona muy especial para mí que se le estaba despertando el alma. Cuando hablábamos de ello hace tiempo, hoy me contaba, que lo entendía, pero que no lo comprendía. Hoy lo ha hecho. Porque a medida que das pasos, la Vida Te da llaves, y éstas abren puertas. Y por ellas entra luz, o más bien deja salir la luz que tienes dentro. O ambas cosas a la vez. Este verano han sido varías personas las que me han dicho que se sentían más libres, más conectadas, sin tantos miedos, receptoras de mensajes. Y dos de ellas en concreto, me hablaban de varios regalos que les están haciendo sus hijos... nuestros maestros...

Hoy,en el cole de Felipón,le recibieron con una alegría infinita, emocionante. Su profesora, Julie, Charlie, su ayudante y amigo, Maele, su novia inseparable de brillantes ojos azules que atravesó la clase y le abrazó con naturalidad envidiable... Maele, a quien Felipón cautivó a principios del curso pasado con sus zapatillas nuevas. Ella se moría de risa,y él se acercaba poco a poco en el banco. Me pedía que esperáramos a que llegaran sus padres cuando no lo habían hecho, a la salida de clase. Ahora es Maele quien le conquista a él, Felipón observa y se sonroja. La eterna historia de los amores tímidos. Candela les miraba y sonreía.

En infantil hoy era un día de puertas abiertas y solo estuvimos quince minutos, el tiempo suficiente para que Charlie nos dijera que Felipón este año come dos días en el colegio y va los cinco días de la semana. El año pasado solo iba cuatro para que descansara uno. Yo sentía que era otro niño el que entraba por esa puerta, sin pañal, más erguido, capaz de sostenerse de pie solo un minutos, capaz de dar tres pasos, sin ayuda de nadie... Ah, ¿no os había  contado....? ¿De verdad? Ya en el aeropuerto de Hong Kong, antes de subirnos al avión, entre vómitos y diarreas varias, volvimos todos malos por algún virus extraño, Felipón tuvo la energía y la gana de andar de rodillas por todas partes. Según su terapeuta de Feldenkrais, en Madrid, Jaime, entonces me explicaba que eso sería la antesala a andar pues hace falta casi el mismo equilibrio. Una vez en casa, dos días más tarde, se puso de pie él sólo, de repente, como si algo en su cerebro le dijera, ya puedes, adelante, y se sostuvo un minuto erguido. Feliz. Estos días practica, y da tres pasos solo. No se lo cree aún, ver desde arriba es otro planteamiento de vida. Ahí lo dejo. Y hablar, habla sin parar, conversaciones, descripciones, historias... de todo sale por esa boca. Alto y cada día más claro.

Candela feliz de que le haya tocado con su amiga Louane en clase, contenta de volver y yo de haber terminado la compra y el etiquetado de libros, cuadernos, pegamentos, boligrafos de colores... y feliz de saber que disfruta de aprender. A Felipe padre se le cae la baba. Y a ellos con él.

Este fin de semana estuvo mi padre, y su mujer, Begoña, nos lo pasamos muy bien con ellos, es divertido ver cómo una persona ejerce de abuelo, cómo esa figura te da la oportunidad de resarcirte de momentos no vividos. Mis padres, cada uno con su forma de ser, lo Están haciendo. Candela hoy se puso su pantalón nuevo que le trajeron de regalo, y Pía se quedó con Rosalía, nuestro aupair recién llegada de México. Profesora de música. Le he pedido que les enseñe, que les haga cantar, bailar, saltar y jugar, con arte, que de eso sabe un rato.

Volvemos a la normalidad, al orden, al desorden, al concierto, al desconcierto, a los horarios, a los deberes, al parque, a tener mis ratos, para mí, para escribir, para leer, para aprend para el silencio, para estirar, a las cenas con anécdotas que los demás desconocemos porque las vivimos por separado y no en formato piña como este verano. Pero sigo metiéndome en la cama con ellos, con los tres, no me aguanto, ni ganas. Y quien me diga que se acostumbran, miente, la que se acostumbra soy yo, y me encanta.

Besos a todos

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